‘MENOS ES MÁS’
es el gran principio del minimalismo. Este estilo decorativo, que
aparece en Nueva York en la década de los 60, se caracteriza por la necesaria simplicidad en
las líneas y en las formas, por los colores poco llamativos y por los espacios
amplios y despejados, en los que se evite explícitamente un exceso de
ornamentación.
La intención es
crear un ambiente tranquilo, armónico y funcional, libre de
demasiados detalles irrelevantes y objetos innecesarios y redundantes
alrededor. El minimalismo es un estilo sobrio y austero, por lo que
antes de iniciar una decoración de este tipo debes ser consciente de sus
características y estar convencido.
Una de las
principales guías para empezar a diseñar tus estancias con un estilo
minimalista es el material: es preferible utilizar madera y
materiales naturales como alambre, vidrio, cemento alisado, piedra y madera,
por ejemplo.
A partir
de ahí, los muebles deben ser sencillos, ligeros (sin grandes estructuras) y
preferentemente monocromáticos para cumplir con la idea de simpleza
y funcionalidad. Por su parte, las telas utilizadas deben de ser también
sencillas, evitando estampados y dando preferencia a colores lisos,
simples y a poder ser a las texturas más naturales, pues todo ello
invita a la relajación.
Todos los
elementos de decoración, así como el mobiliario y el color deben obedecer a una
unidad y dar equilibrio. Procura utilizar una única paleta de colores
puros, con superficies o fondos monocromáticos, a poder ser con tonos
suaves como el blanco y el crudo.
Si
quieres dar un poco de alegría a la estancia, puedes añadir toques de
color en algunos elementos, como alfombras o piezas únicas de
decoración, pero nunca hacer cambios drásticos en grandes superfícies como las
paredes (como por ejemplo pintar con colores brillantes o alejados de los
neutros), pues romperíamos con la estética característica.
Algunos detalles e ideas a tener en cuenta
El minimalismo va muy bien con edificaciones de
arquitectura moderna, aunque también puede aplicarse a construcciones antiguas
siempre que no sean rústicas.
El minimalismo permite la mayoría de variaciones hacia el
zen y el orientalismo. El uso de muebles u objetos de estilo oriental son
perfectos para acercarse a ambientes más eclécticos.
El minimalismo utiliza ambientes monocromáticos. Una
ruptura en el minimalismo puede estar dada por pintar una pared en un tono más
subido que el resto de la ambientación, aunque no permite cambios tan osados
como colores brillantes o muy alejados de los neutros (marrones, beiges,
tostados).
Los espacios altos, tipo loft, con una segunda planta a
la vista o entrepiso, combinan muy bien con el concepto minimalista.
Tenga en cuenta que el minimalismo va muy bien con las
personas ordenadas, ofreciendo un orden estético que se apoya en la no
acumulación de objetos innecesarios que perturben su visión. Por eso se dice
que el minimalismo no está pensado para gente desordenada.
No solo me gusto, me fue de gran utilidad, este estilo me fascina y lo estoy adaptando a mi hogar, agradezco a quien se tomo el tiempo de hacer este articulo breve y conciso
ResponderBorrarMe gusra este estilo...se adecua a los ambientes de mi casa
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